
Esta coordinación da al niño confianza y seguridad en sí mismo, ya que se dará cuenta del dominio que tiene de su cuerpo en cualquier situación. La coordinación general es el aspecto más global y lleva al niño a que haga todos los movimientos más generales, es decir todas las partes del cuerpo intervienen.
Cuando el niño va tomando conciencia de que tiene un cuerpo, que lo ve y lo mueve, va alcanzando un nivel de “maduración neuro-muscular-ósea”[1] que le permite cogerse las piernas, llevarse los pies a la boca, mover las piernas arriba y abajo, etc.
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